Anclas

Ancla náutica
Bienvenido a nuestro comercio electrónico dedicado a los accesorios para embarcaciones: en esta sección hemos recopilado todos los mejores anclas náuticas. ¿Quieres un consejo para elegir el ancla de barco más eficiente? ¿Quiere saber qué tipos de anclas para barcos existen y cuáles pueden serle útiles? Si tiene alguna duda sobre este tema, o si quiere refrescar su memoria sobre el uso de las anclas, ha llegado al lugar adecuado: aquí recogemos toda la información que puede buscar sobre el ancla de su barco.
¿Qué y cuántos tipos de anclas para barcos existen?
Hay diferentes variantes de anclas náuticas: la que es perfecta para ti puede ser completamente errónea para otra persona. Cambian el formularios, i pesos, el dimensiones, i materiales, que corresponden a diferentes requisitos en cuanto a tipo de fondo marino, tamaño de la embarcación, uso, etc. Un ancla de arena, por ejemplo, nunca funcionará bien en un fondo marino pedregoso, mientras que un ancla ligera para embarcaciones de recreo no será en absoluto una alternativa decente a un ancla de bandera. He aquí, pues, en pocas palabras, los tipos de anclajes que existen:
El ancla del Almirantazgo
El ancla clásica, el ancla de barco por excelencia, tan tradicional que de hecho no se utiliza salvo en casos especiales, lo hace poco práctico para las embarcaciones de recreo. Sin embargo, esta desventaja única pero inerradicable va acompañada de muchas bondades: el ancla del Almirantazgo es de hecho puede utilizarse en cualquier tipo de fondo marino. En algunos casos, se prefiere ensanchar las puntas de las aletas, lo que hace que el ancla de mar sea más adecuada para su uso en fondos fangosos. En realidad, como saben los lobos de mar más experimentados, este tipo de ancla de barco tiene también un segundo defecto notable: a veces ocurre que la cadena acaba encallada a la altura del muñón o de las quillas. Como se puede imaginar, en estas ocasiones, el ancla del barco no hace ningún agarre real en el fondo, por lo que hay que repetir la operación.
El ancla CQR
No son pocos los que se preguntan por el origen de este nombre: ¿por qué demonios se llama así el ancla de un barco? Bueno, eso hay que saberlo, en inglés, la combinación de letras
El ancla Danforth
Sin embargo, aquí hay un ancla que encuentra un uso específico: el ancla Danforth, es, de hecho, excelente para los fondos de arena y barro, por lo que esta ancla de barco es una de las favoritas de los que navegan por nuestros mares. En cambio, los resultados con respecto al fondo marino rocoso no son nada buenos, y por ello el ancla
Salón del Ancla
Esta es una variación del ancla Danforth el ancla
Ancla Bruce
Esta ancla fue fabricada a principios de la década de 1970 por Peter Bruce, que la diseñó como un sistema de anclaje especial para las plataformas petrolíferas que operan en el Mar del Norte. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que los navegantes se dieran cuenta de la gran actuación que
El ancla de agarre
También llamado paraguas de la quietud, el ancla de garfio cuenta con cuatro finas aletas plegables. Esta facilidad de estiba lo hace ideal para su uso en botes. Como puede imaginarse, el ancla de grappino nunca debe utilizarse como ancla de poste náutico.
El ancla Delta
El ancla Delta es la evolución directa del ancla CQR ya presentada. ¿Dónde está la diferencia? Comparado con el clásico ancla de arado, el ancla Delta está fabricada con materiales mucho más ligeros. Buena en cualquier tipo de fondo marino, da lo mejor de sí misma especialmente en fondos arenosos y rocosos. Pero eso no es todo: el ancla Delta es particularmente ágil para recuperar su agarre en caso de rotación, y tiene la nada despreciable ventaja de colocarse en la posición correcta una vez izada en la proa.
Anclas flotantes
Las anclas flotantes merecen, obviamente, un debate aparte: hablamos de anclas que, en lugar de hundirse en el fondo del mar, "flotan". Su propósito, por lo tanto, es ir despacio y así hacer que el barco sea más controlable en condiciones meteorológicas difíciles. De este modo, gracias a la acción del ancla flotante, resulta más fácil mantener la popa o la proa en la dirección de las olas. Hay que destacar -por si acaso- que la gobernabilidad de la embarcación se pierde en el momento en que las olas golpean el casco con un ángulo superior a 20 grados. Hay dos tipos distintos de anclas flotantes. Existe el ancla flotante de paracaídas, que generalmente se lanza desde la proa para crear fricción y mantener el barco contra el viento y relativamente inmóvil. Y hay otro tipo de ancla flotante, el ancla de flotación, que consiste en un cabo largo con muchos conos en serie que se lanzan desde la popa para frenar el movimiento del barco.
¿Cuál debe ser el peso del ancla?
Como hemos visto, hay anclajes que tienen diferentes niveles de eficiencia para el mismo peso, dependiendo del tipo de uso. No obstante, como norma general, existen tablas que nos indican cuál debe ser el peso mínimo del ancla de una embarcación en función del tamaño y desplazamiento de la misma. Hablamos del peso mínimo, pero también debemos tener cuidado con el peso máximo: exagerar significaría encontrarnos con un lastre considerable a bordo durante la navegación. Por lo general, una embarcación de menos de 6 metros y medio y de hasta 1.000 kilos debe tener un ancla de 8 kilos. En cambio, una embarcación de más de 10 metros de eslora y con un desplazamiento de más de 4.000 kilogramos debe tener un ancla de al menos 16 kilogramos. El peso del ancla náutica, en cambio, se eleva a más de 60 kilogramos en el caso de embarcaciones de más de 25 metros o con un desplazamiento superior a 30.000 kilogramos.
Lleve siempre dos tipos de anclas a bordo: he aquí por qué
Los lobos de mar siempre lo dicen: es mejor tener siempre dos tipos diferentes de ancla a bordo. Será entonces el tipo de fondo marino, que puede estar lleno de vegetación o caracterizarse en cambio por la arena, el barro o la roca, el que nos indique qué ancla náutica utilizar en cada caso. Si bien el tamaño y el peso del ancla a utilizar deben decidirse en función de la embarcación en uso, el tipo está vinculado al tipo de fondo marino que se va a encontrar, que, en muchos casos, no es único: un ancla para arena debe ir acompañada de un ancla para roca. Y eso no es todo: en algunos casos, es necesario utilizar no una sino dos anclas náuticas al mismo tiempo.
Anclaje náutico: cómo fondear con seguridad
Para anclar un barco perfectamente, no basta con utilizar el ancla náutica perfecta. No, es necesario tener el calumus adecuado y utilizar la técnica correcta. Empecemos con el calumus, la línea de anclaje. Independientemente de su composición -en la mayoría de los casos, mixta-, debe asegurarse de que dispone de una longitud suficiente. De hecho, siempre hay que empezar con la certeza de tener un lance entre 5 y 7 veces la profundidad del fondo marino. Como norma general, un barco de menos de 10 metros de eslora debería contar en cualquier caso con un mínimo de 60 metros de toma de corriente. Pasamos ahora a la técnica de anclaje. En primer lugar, es necesario elegir un lugar espacioso, es decir, un espacio marítimo despejado de un radio igual a la longitud del arrastre que se desea utilizar. De este modo, si la dirección del viento cambia, el barco tendrá libertad para girar. Una vez encontrado el lugar, con la proa apuntando en la dirección del viento, detenga el barco y deje que el ancla náutica se hunda. Cuando haya tocado el fondo, puedes empezar a moverte lentamente en reversa, dejando que la cadena corra hasta alcanzar la longitud predefinida. Pero, ¿cómo saber cuál es la longitud óptima de la cuerda? Bueno, todo depende del ángulo que quieras formar. ¿En qué sentido? Piense en lo que puede ocurrir con un ángulo de 40, 50, 60 grados: en ese caso la cadena permanecerá en tensión, con el ancla náutica tendiendo inexorablemente a surcar el fondo marino o incluso a despacharse. Es mucho, mucho mejor dejar correr más cadena, para formar un ángulo de entre 10 y 30 grados. El objetivo es que una parte de la cadena acabe en el fondo del mar para facilitar la tarea del ancla, que se situará casi en paralelo al fondo del mar. Sin embargo, el anclaje no siempre es tan sencillo. Si el mar no está en calma, si se prevén vientos fuertes o si el fondo marino es difícil de sujetar, será necesario utilizar no una, sino dos anclas por barco. En este caso hay dos posibilidades. O bien vas y unes dos anclas a cierta longitud, para crear lo que se conoce como un ancla colgante; o, aún mejor, vas y creas dos líneas de anclaje separadas, cada una con su propia ancla, que se colocará en un ángulo de unos 50 grados. Conclusión Aquí estamos, llegamos al final de esta larga guía del ancla náutica. Ahora debería tener una idea bastante precisa del tipo de ancla que debe comprar, en función de la embarcación que posee y del tipo de fondo marino al que se enfrentará. En nuestro portal